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Nombre de un legendario recipiente sagrado, identificado con el cáliz, pero con frecuencia asociado a la patena o vaso que contuvo el pan, y en que según la leyenda Cristo hizo la primera "consagración" de la Eucaristía.
La idea estuvo asociada al ciclo de poemas caballerescos, en los que el concepto de "Santo Grial" o "santo vaso sagrado" se tenía como el talismán mágico de la protección divina. Su referencia se halla presente en diversos poemas o leyendas, como es el caso del poema "Perceval", de Chrétien de Troyes.
El cronista Helinandus (muerto hacia 1230) hacía alusión a la visión de un ermitaño (hacia el 717), en la que hablaba de plato utilizado por Nuestro Señor en la Última Cena. Su visión la dejó en un escrito que tituló "Gradale". Gradalis o Gradale era un plato para los banquetes de los nobles.
De ahí se consideró que ese plato usado por Cristo era un "gradale" o "grial" y tenía un poder milagroso singular para salvar y proteger a sus caballeros.
Las tradiciones literarias se incrementaron desde el siglo XII, siempre en relación con la historia de Perceval y del Rey Arturo. La mayor parte de los relatos que citan el Santo Grial se fechan entre 1180 y 1240. Las versiones posteriores en diversos idiomas, alemán, inglés, noruego, italiano y portugués, castellano, se encargaron de añadir detalles, hazañas, milagros y plegarias.
Los textos literarios se multiplicaron en estos siglos finales de la Edad Media, desde el más antiguo, el de Chrétien de Troyes, que cuenta la visita de Perceval al castillo del Grial, hasta tiempos más recientes, en que se siguió mitificando el santo objeto y se lo convirtió en objeto de veneración con frecuencia supersticiosa. Pocas leyendas, como la del Santo Grial, han dado tanto juego a la literatura medieval y ha fomentado la piedad y el valor de los caballeros cristianos.
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